Wednesday, August 23, 2006



A altas horas de la madrugada, después de haber devorado con gran inquietud hasta el último párrafo de aquel libro, decidió ir a dormir.
El hecho de dormir para ella no era fácil, era una de esas personas que devoran libros sin cesar, toman litros de café, escriben un diario, en general era una persona que hacia cualquier cosa antes de afrontar una situación.
Porque para ella no era el simple hecho de entrar en un estado de consciencia reducido, a ella dormir la empujaba a sus peores pesadillas que no lograba ahuyentar ni con sus mejores pensamientos.
Estas pesadillas eran un sin fin de sentimientos que se ramificaban y tomaban forma de árbol, a este árbol le crecían hojas sin cesar de un color verde intenso, pero de pronto todo iba mal, estas hojas perdían su color y caían hasta dejar de abrazar las inmensas ramas de aquel árbol, de pronto estas ramas la atrapaban a ella hasta hacerla llorar y ella renunciaba una y otra vez a todos sus sentimientos y cada vez más ramas la acechaban…




. . .



Seguía sin querer ser dueña de sus sentimientos, seguía sin poder dormir…


L.